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colección de poesia nuestra vanguardia

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el pequeño patibulo

1954

“Este primer libro de Madariaga es la semilla de su obra futura. El universo mítico de la Mesopotamia argentina, del que toma la materia y hasta el tono de su poesía, marcarán un vaivén continuo en su escritura.”

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las muertes

1952

“Las muertes, el segundo libro de Olga Orozco, es una obra híper retórica y -por efecto de una escritura altamente elaborada, de cuño clásico- ajena a la escritura automática surrealista. El uso del verso largo y el tono elegíaco son el principio constructivo de esta suerte de inventario de mitos modernos.”

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la vigilia y el viaje

1949 / 1955

“Su lenguaje es contenido aunque propiciador de una poesía vitalista, sensualista que a la vez toma distancia del neorromanticismo. En todo el libro Bayley jugó con el abandono de las mayúsculas, de los signos de puntuación y con un muy elocuente uso del vocativo a la manera de Apollinaire.“

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la penitencia y el merito

1957

“El  lenguaje de La penitencia y el mérito es despojado, evita el lastre subjetivista y –de más está aclararlo- el aire elegíaco de la generación del 40. Su sintaxis es precisa, vacía del ritmo musical que la tradición parece exigir a la poesía. Su ideal se encuentra muy próximo a los relatos de Jorge Luis Borges. “Le debo a Borges –señaló Girri- la economía y la contudencia, el distanciamiento irónico, la inteligencia de los detalles”.

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voces

1943

“¿Proverbios?,¿epigramas?, ¿aforismos? Más allá del nombre que les demos, Voces abreva en  formas muy poco estetizadas, de aparente simplicidad y humildad, que Porchia usó, según dijo, de manera autobiográfica y mediúmnica. Eran voces que llegaban a él para ser escritas. Semejantes elecciones y procedimientos hicieron que mantuviera contacto con grupos próximos al surrealismo“.

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el imaginero

1927

“La voz del imaginero evoca. Un aire melancólico da vida y envuelve cada respiración, cada verso del libro. El clima paraíso perdido, recurrente en la obra de Molinari, sentó sus bases en estos escritos de juventud donde sí, se evoca pero con un lenguaje distanciado del posmodernismo de Arturo Capdevila, Enrique Banchs, Leopoldo Lugones o Alfonsina Storni porque este rememorar eligió abrevar en lo nuevo; en lo ultra de la vanguardia ultraísta, en cruce con un clasicismo atemporal, moderno, que de aquí en más será la marca en

orillo de la obra de Molinari.”

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kenia

1958

“En Kenia la ambigüedad de

sentido propia de la poesía está

llevada al extremo; es la palanca de aniquilar la armonía, la razón. Es un mensaje que se centra en sí mismo y se autonomiza de todo anclaje contextual, poniendo al lector en una intemperie, por lo menos, movediza. Su lectura es difícil porque ¿de qué nos habla Kenia?”

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